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† Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 31-42) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, cuando Jesús terminó d...
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Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte la gracia de da... -
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos,...
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†
Lectura del santo Evangelio
según
san Juan (15, 12-17)
Gloria a ti, Señor.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Este es mi mandamiento: que se amen
los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos
que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les
mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes
los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi
Padre. No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los
ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el
Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que
se amen los unos a los otros”.
Palabra
del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Si caminamos en la luz,
como Dios es luz, estamos
unidos unos con otros, y la
sangre de Jesucristo, su Hijo,
nos purifica de todo pecado.
Aleluya.
como Dios es luz, estamos
unidos unos con otros, y la
sangre de Jesucristo, su Hijo,
nos purifica de todo pecado.
Aleluya.
Gracias Señor, por tu amor y tu misericordia, gracias por el sol, por el áire, y por la vida. Te pido protección y fe para seguir en mi camino por éste mundo.
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (15, 9-11)
según san Juan (15, 9-11)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Dios misericordioso, cuya
gracia convierte en justos a
los descarriados y en dichosos
a los afligidos, actúa con tu
poder y concede tus dones,
para que en quienes ya
infundiste la justificación por
la fe no decaiga la firmeza de
su perseverancia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
gracia convierte en justos a
los descarriados y en dichosos
a los afligidos, actúa con tu
poder y concede tus dones,
para que en quienes ya
infundiste la justificación por
la fe no decaiga la firmeza de
su perseverancia.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Padre Dios, tú que habitas en el cielo, la tierra y mi corazón en este
hermoso día, te pido por las personas que están pasando por un momento
difícil en la vida, sólo tú conoces la necesidad de quienes leen esta
oración, concédeles si tu así lo crees, lo que su corazón desea. Dales
sanidad, bienestar, paz y alegria pero sobre todo te pido que les des
fortaleza para salir adelante. Amén!
Ten fe hermano mío, estoy seguro que pasarás por distintas dificultades, económicas, laborales, familiares, etc., confía en que el tiempo de Dios es distinto al tiempo que nosotros conocemos, Dios no olvida lo que tú le has pedido con el corazón. El como buen padre está preparando la respuesta para ti, persevera en oración y no confundas su silencio con abandono, ya que él puede tardar pero nunca olvidar. Bendiciones hermanos!
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† Lectura del santo Evangelio según san Juan (14, 7-14)
Gloria a ti, Señor.
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si ustedes me conocen a mí,
conocen a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. Le dijo
Felipe: “Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”. Jesús le
replicó: “Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no
me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por
qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y
que el Padre en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi
propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a
mí, créanlo por las obras. Yo les aseguro: el que crea en mí, hará
las obras que hago yo y las hará aun mayores, porque yo me voy al Padre;
y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre
sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.
Palabra del Señor...Gloria a ti, Señor Jesús.
Esta noche quiero pedir por tí, si, tu que estas leyendo esta oración,
seguramente tienes algun deseo que viene desde tu coreazón, hoy, le pido
a Dios que te conceda lo que necesites y si es lo que tu corazón desea,
seguramente serás muy feliz. Dios te bendiga!
Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte la gracia de darme más cuenta de que Tú vives y que estás entre nosotros en espíritu y verdad, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio. Jesús amado ¡Tuyo soy, para ti nací! ¿Qué quieres, de mí, Señor?... Aquí estoy!
El Papa Francisco durante la homilía del 12 de
abril de 2016, ha aseverado que la persecución es el pan de cada día de la
Iglesia. Por otra parte, el Santo Padre ha indicado, fue el mismo Jesús quien
anticipó a los Apóstoles sobre esta realidad que afecta a tantos de nuestros
hermanos en la fe que son expulsados de los lugares donde siempre han
vivido, sino también muchos de nuestros hermanos que no pueden vivir y trabajar
de acuerdo con los valores los cristianos, ya que, tal vez, son amenazados con
el despido directo o indirecto.
«La persecución, diría, es el pan de cada día de la Iglesia». Jesús dijo, dijo El papa Francisco inspirado en la primera lectura (Hch 7,51 - 8,1a), que relata el martirio de Esteban. Así como le sucedió a Esteban «aseveró el Papa», el primer mártir, o a los pequeños niños (mártires) asesinados por Herodes, Así hoy, afirmó el Papa Francisco, tantos cristianos son asesinados por su fe en Cristo, mientras otros son perseguidos “educadamente” porque quieren manifestar el valor de ser “hijos de Dios”.
«La persecución, diría, es el pan de cada día de la Iglesia». Jesús dijo, dijo El papa Francisco inspirado en la primera lectura (Hch 7,51 - 8,1a), que relata el martirio de Esteban. Así como le sucedió a Esteban «aseveró el Papa», el primer mártir, o a los pequeños niños (mártires) asesinados por Herodes, Así hoy, afirmó el Papa Francisco, tantos cristianos son asesinados por su fe en Cristo, mientras otros son perseguidos “educadamente” porque quieren manifestar el valor de ser “hijos de Dios”.
Mártires,
sin embargo, son también las víctimas de esa "persecución - Yo diría que
un poco de" irónicamente - 'educado'. Es cuando siendo perseguido al
hombre a no confesar el nombre de Cristo, sino que quieren tener y manifestar
el Hijo de Dios - los valores. Se trata de una persecución de Dios Creador en
la persona de sus hijos! Y así vemos todos los días que los poderes son leyes
que el mandato de ir por este camino y una nación que no sigue las leyes
moderna, educada, o al menos que no quiere en su legislación, es acusado, se
persigue con cortesía. Es la persecución que el hombre le quita la libertad,
incluso la objeción de conciencia ".
"Y cuando los poderes quieren imponer actitudes, las leyes contra la dignidad del Hijo de Dios, los persiguen y van en contra del Dios creador. El Papa Francisco concluyó invitando a los fieles a tener cuidado de no "caer en el espíritu del mundo", como Jesús mismo dijo: "¡Cuidado! Pero adelante, yo estaré contigo”.
"Y cuando los poderes quieren imponer actitudes, las leyes contra la dignidad del Hijo de Dios, los persiguen y van en contra del Dios creador. El Papa Francisco concluyó invitando a los fieles a tener cuidado de no "caer en el espíritu del mundo", como Jesús mismo dijo: "¡Cuidado! Pero adelante, yo estaré contigo”.
San Francisco es conocido como el hombre que más se
asemejó a Cristo, «el primero después del único», como el hermano universal,
como un hombre de paz y de reconciliación, como el Poverello, el amante
de los pobres, el cantor de la creación. Es verdad. Pero Francisco de Asís es
ante todo un místico, un verdadero contemplativo, un enamorado de Cristo, pobre
y crucificado. Francisco no es solo un hombre que reza, sino, como dice su
biógrafo Tomás de Celano, es un «hombre hecho oración». La presencia de Dios lo
transfigura, hasta convertirlo en «otro Cristo».
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